Pastoral de la Salud

MISION DE LA PARROQUIA EN EL MUNDO DE LOS ENFERMOS

MISION DE LA PARROQUIA:
CURAR A LOS ENFERMOS


La acción de la parroquia con los enfermos ha de inspirarse en el primer evangelizador, en Cristo, que pasó curando y evangelizó curando: «Recorría ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias» (Mt 9, 35).

Al compartir de manera eficaz los sentimientos de los enfermos y de los pecadores, mientras proclama la salvación y sana enfermos, Jesús revela el verdadero rostro del Padre, amigo del hombre y amigo de la vida. Además, Jesús comparte con sus discípulos la propia misión de evangelizar y de curar: «En la ciudad en que entréis y os reciban... curad los enfermos que haya en ella, y decidles: El Reino de Dios está cerca de vosotros» (Lc 10, 8-9).

Ésta es nuestra tarea: entrar en la ciudad, en la sociedad de nuestros días, curar a los enfermos que haya en ella y desde esa acción curadora proclamar al hombre de hoy la cercanía de Dios y el cumplimiento actual de las señales que liberan: «Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, decid a los cobardes de corazón: Sed fuertes, no temáis; mirad a vuestro Dios que trae el desquite, viene en persona, os resarcirá y os salvará. Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo hablará» (Is 35, 3-6).

La parroquia continúa la obra de Jesús y, como él y sus primeros discípulos, se inclina ante la humanidad dolorida para levantarla y hacerla caminar en nombre de Jesús, el Señor (cf. Hc 3, 5-6.